lunes, 15 de octubre de 2018

Sueño cumplido (Cielo Caballero)


Relatos de ciencia ficción

Sueño cumplido

Beltrán, un joven de 18 años, tenía un sueño desde pequeño, que era  teletransportarse a cualquier parte del mundo o al futuro, como ocurría en las películas. Su familia no estaba de acuerdo en que tenga ese tipo de ideas en la cabeza, porque decían que era mentira, que sólo pasaba en la televisión.
 A él no le importó, porqué lo único que quería era llegar a cumplir ese sueño tan anhelado, con o sin ayuda de ellos.
 Su amiga de la infancia, Flavia, sabía desde que eran niños de su sueño. Beltrán le dijo si le podía ayudar a averiguar dónde podría llegar a conseguir la máquina o si alguien lo podía transportar. Su amiga le dijo que no tenía idea de dónde podrían llegar a conseguirlo, pero que podrían investigar por Internet. Él enseguida dijo que sí, que quería averiguar por Internet.
Flavia era una chica que cuando se le ponía algo en la cabeza no paraba hasta conseguirlo, y más si se trataba de cumplir el sueño de su amigo, aunque a la vez le asustaba, porque tenía miedo de que le pase algo, o de que nunca volviera.
 A la hora, Flavia gritó muy alegremente:
 –¡Amigo, amigo, amigo!
  –¿Qué, amiga?  -dijo él-. Encontré una página donde dice que venden máquinas para transportarse, encima están a muy buen precio.
 Beltrán se puso muy feliz, pero al rato se puso a pensar: “¿De dónde sacaré el dinero?”.
 Flavia dijo:
 –No te preocupes. Con tus ahorros y los míos, te la compras.
Fueron los dos al lugar donde vendían esa máquina, tocaron la puerta de la casa y un señor se la dio, pero  le dijo que tenga mucho cuidado y que la cuide, porque podía llegar a fallar si no cumplían las reglas que pide la máquina.
 –Por fin,  llegó la hora de que cumpla mi sueño -dijo Beltrán, muy emocionado.
 –¿A qué  parte piensas ir? -dijo su amiga
 –Quiero transportarme al futuro, más o menos unos quince años, para ver qué pasará conmigo o con el mundo en ese tiempo.
 –¿Estás seguro? -dijo ella.
 –Sí, completamente -respondió Beltrán. Nunca estuve tan seguro de algo en mi vida.
 – Amigo, si te llega a pasar algo o no vuelves, ¿qué haré?, ¿qué explicaciones le daré a tu familia?
_No te preocupes, amiga, volveré y va a seguir todo como hasta ahora, sólo déjame cumplir mi sueño.
Beltrán abrió la caja y construyó la máquina según los procedimientos que se indicaban. A la media hora, ya la había construido. Ya estaba totalmente todo hecho para que se transporte al futuro.
  –Llegó el momento, -le dijo él a su amiga.
 Ella le respondió:
 –Mucha suerte, amigo, te esperaré cuando regreses.
 Beltrán se puso adentro de la máquina, apretó el botón y una luz lo transportó.
 Al instante, se encontraba en un lugar muy extraño que no parecía el futuro, era como una ciudad  totalmente desecha, todo destruido, personas muertas, la naturaleza toda destruida, edificios , absolutamente todo derrumbado. Beltrán, al ver eso pensó y dijo: “¿Esto será el futuro en quince años?, estaremos todos muertos, el mundo ya no existirá, todo estará destruido”.
Agarró la máquina, apretó el botón y volvió al lugar en donde estaba con su amiga. Le contó a ella todo lo que pasaría en quince años. Flavia, muy sorprendida y a la vez asustada, le dijo a Beltrán:
  –Disfrutemos de la vida, amigo, porque cuando pasen quince años, ya no estaremos en el mundo, y quiero estar con vos y disfrutar esta hermosa amistad, hasta que pase eso en el mundo.
 Él le respondió:
  –Sí, amiga, tienes mucha razón, hay que aprovechar y vivir la vida al máximo.

(Por Cielo Caballero, de 3°1°)

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