lunes, 15 de octubre de 2018

La pena de la guerra (Romel Machicado Calla)


Relatos de ciencia ficción

La pena de la guerra


Era un 14 de julio de 2026.  Yo tenía 15 años cuando empezó la guerra por el control del mundo. Las cosas ya no son como antes después de la Tercera Guerra Mundial, que duró seis años y medio. 
Yo estaba en la escuela charlando con mis amigos cuando se escuchó un ruido muy fuerte. Todos salimos afuera a ver lo que pasaba. Miramos arriba: por el cielo se veía cómo volaban aviones. En ese momento, no sabía qué pasaba ni lo que ocurría. Las clases habían terminado rápidamente. Me fui  a la casa de mi mamá. Pero ella no estaba, me había enviado un mensaje diciendo: “Hijo, fui de compras. Vuelvo dentro de  una hora . No salgas de la casa y cierra las puertas y ventanas”. Rápidamente corrí y cerré todas las ventanas y la puerta. De pronto, escuché un ruido: 
“Tin-tin-tin…” 
Era mi celular. Me había llegado un mensaje de mi papá que decía: “Querido hijo voy a partir a la guerra . El presidente ha dado la orden de atacar China y Rusia. Querido hijo , te juro que voy a volver de la guerra .Cuida a tu mamá.”
Me quedé inmóvil y sorprendido de lo que pasaba. Me había dado cuenta porque cuando estaba en la escuela y volaban aviones de guerra. De pronto, mi mamá llegó con cajas de comida enlatada. Le pregunté:
 –¿Dónde está mi papá? ¿Por qué no llego a casa? 
Yo, sabiendo lo que pasaba, solo me hice el tonto. Ella me dijo que estaba trabajando.
Luego de un rato, encendí la televisión. En las noticias decían
 –La Tercera Guerra Mundial ha comenzado. Estados Unidos ataca a China y Rusia . Les recomiendo estar en sus casas y no salir afuera por órdenes del presidente Juan Patricio. Después de oír el comunicado, se escucharon ruidos. Fui a ver qué pasaba. Afuera, en el cielo, vi cómo caían desde el cielo las bombas. Fui a avisar a mi mamá. Ella me dijo que corriéramos hacia el bunker que había construido mi papá hacía unos años.
Adentro tuvimos que estar casi toda la guerra. 
Era muy aburrido adentro, no sabía qué hacer. Afuera se escuchaban todos los días explosiones. Después de un par de horas, ya no se escucharon ruidos. Con mi mamá salimos afuera a ver cómo quedó nuestro vecindario.
 Todo estaba destruido. De pronto, pasaron tanques rusos. Con mi mamá nos escondimos en los escombros de la casa. Entraron al búnker y se llevaron todo lo que había adentro. Ya no había comida. Todo se había acabado. Yo tuve que ir a buscar por la ciudad y los barrios comida. Era tomar algo y salir corriendo porque era peligroso afuera. Pasaban autos con soldados enemigos. Una vez casi me atrapan, pero no lo hicieron porque me escondí en una cloaca. Cada día era difícil. Ya no había agua.  Juntamos lo que podíamos con mi mamá, pero no bastaba.
En los últimas semanas de guerra, en la radio decían “ La guerra está a punto de acabar . Nuestros enemigos han tomado nuestras bases de guerra y lo último que nos queda es mantener la Casa Blanca en pie.” 
Mi papá había muerto. En la radio escuché que mi padre había muerto. Mi mamá se puso a llorar. Pero ella me dijo que lo importante era que estábamos vivos. 
Algunos años después, en la radio seguían diciendo que la derrota estaba concretada. Eran los últimos días de guerra. Mi mamá estaba alegre porque habíamos sobrevivido toda la guerra. A ella no le importaba que fuéramos dominados por otros.  “Lo importante es estar vivos”. Eso era lo que me decía ella.
Yo también estaba alegre, pero afuera se seguían escuchando ruidos de soldados y tanques . Con mi mamá nos escondimos, pero ya era tarde: nos habían encontrado. Les pregunté, gritando:
 –¿Qué van hacer con nosotros? ¡Díganme!
Ellos nos respondieron que lo sabríamos muy pronto. 
Pasamos la noche cautivos. Al día siguiente, nos dieron de comer, pero al mediodía nos hicieron levantar para matarnos. 
Llorábamos, les suplicábamos, pero igual no les importaba.
Y de todos modos nos mataron.
 Pero de pronto, desperté. No sabía qué pasaba ¿No estaba muerto?, decía. 
Los soldados habían escrito cerca del bunker:
“Estas personas no son las que provocaron la guerra. Fue su presidente y sus gobernadores”.
Todo esto era un experimento de la CIA , que utilizaba personas en campo de concentración para ver si sobrevivían en una guerra. 
Pero el experimento sigue en prueba.   

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