lunes, 15 de octubre de 2018

Bajo dependencia (Nicole Armijos Quizhpe)

Aguafuertes porteñas del siglo XXI

Bajo dependencia

Ese sujeto parece haber hallado en aquel objeto todo un pozo de sabiduría, digo yo, por algo lo mira con tanta minuciosidad.
Llevo alrededor de cinco horas sentada en el césped de este espléndido parque, admirando su belleza y familiarizándome con el lugar y, lo único que he visto que permanece inalterable, es la posición del hombre frente a su celular. El tipo tiene cara de “estoy hecho polvo”; sin embargo, eso no lo detiene de continuar con su fascinante labor de mover sus dedos frenéticamente sobre la pantalla del aparato. ¿Qué tendrá de encantador un simple objeto con forma rectangular? ¿Serán las vibraciones que alertan de un mensaje? ¡Ya sé!, tal vez sean esos dibujitos que puedes utilizar para chatear los que lo tienen ensimismado. Digo yo, podría ser.
Se acaba de parar y se dirige hacia un semáforo. Pff, pensé que nunca se levantaría. ¡Pero mírenlo!... al final va a ser que el hombre si puede estar dos segundos sin el celular. Lo guarda en su bolsillo. Ay, no. El tipo saca de nuevo el aparatejo. ¿Es que acaso no ve que está por cruzar la calle? ¡Ya sé!, tal vez el celular le indique cuando debe cruzar.               Digo yo, podría ser.
Mmm, llegamos a un restaurante… Sí, digo llegamos porque lo seguí hasta aquí. El extraño sujeto me llamó tanto la atención, que decidí seguirlo. Oh, está con alguien. Creo que es su novia. Sí, sí lo es, porque se acaban de besar. Él le hace la silla hacia atrás, como todo un caballero y, ella toma asiento sonriendo. ¿Llevarán mucho tiempo saliendo? ¿Cómo se habrán conocido?
Ay, no. Ya sacó su celular de nuevo. ¿Qué tan importante será lo que sea que esté haciendo? ¿Acaso estará escribiendo a su amante? ¡Ya sé! Contrató una serenata para su novia y le acaban de avisar que están por llegar. Digo yo, podría ser.
Oh, mírenla. La novia también está utilizando el celular. Sonríe tanto que cualquiera llegaría a pensar que está en el cielo. Y tal vez lo esté, porque tanto ella como el novio están utilizando el aparatito mientras sus ojos se iluminan como grandes luceros.
Ya están por cenar. Pero me aburrí de verlos, así que decidí observar el resto del lugar. Y bueno, la situación en la que se encuentran las demás personas no es tan diferente al paradigma de la pareja. Unos hablando, otros en video-llamadas y el resto chateando. Pero todos en el celular.
Mmm, no sé… tengo la sensación de haberme saltado una importante página de un libro. ¿Acaso estamos en una época donde ya no se dialoga formalmente? ¿Será que soy la única que no está enterada de un nuevo método de comunicación? Ya sé, tal vez me teletransporté al futuro y estoy viviendo en un mundo donde ya no hace falta hablar más en persona. Digo yo, podría ser. No, no. Si yo conozco esta famosísima invención tecnológica… el celular.
¡Carámbanos y centellas! El camarero se acaba de tropezar… ¿Adivinen qué es lo que andaba mirando en su mano derecha?

(Por Nicole Armijos Quizhpe, de 6°1°)

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