Cuentos en relación intertextual con los textos leídos en clase
El pintor Martín Fierro
Fierro, más conocido como Don, el mejor pintor de Argentina, era odiado por varias personas que compartían su profesión.
Él sabía que a pesar de ser un gran pintor no era el mejor ejemplo a seguir, ya que él tenía una doble vida. Aparte de tener a su esposa, Clotilde, tenía a su querida amante, Esperanza y no es que él le viese algo malo al hecho de tener una amante, todo lo contrario, le parecía sumamente normal; sin embargo, algo dentro de él le inquietaba tanto que inclusive llegaba a perturbarlo por momentos. Pero solo era así por momentos, nada más.
Un 11 de junio de 1871 se celebró el primer aniversario con su amante Esperanza, así que Don la invitó a un hotel en la ciudad de Buenos Aires.
Don llegó al hotel esa misma noche de su aniversario junto con un hermoso ramo de girasoles para su querida amante Esperanza, de 27 años de edad. Al momento de entrar a la habitación, observó a su amante besándose con su esposa Clotilde. Casi instantáneamente empezó a gritar y a decir que no tenían vergüenza por lo que estaban haciendo. Clotilde se molestó tanto que le dijo a Don que quién se creía para decir eso, cuando él había sido el primero en ser infiel. En su derecho o no, dentro de todo Clotilde, tenía razón… mucha razón.
Al oír todo el estruendo, el señor de la recepción del hotel entró al cuarto donde se encontraba el triángulo amoroso para ver qué estaba pasando. Al entrar las dos mujeres guardaron silencio, mientras, Don seguía hablando. Don continuó una serie deargumentos en contra de Esperanza, hasta que se percató de la presencia del señor recepcionista.
Pedro, el señor recepcionista, se llevó una tremenda sorpresa al percatarse de que el mismísimo pintor Fierro se encontraba involucrado en semejante problema.
Al ver esa situación, decidió marcharse de la habitación. Don siguió para pedirle el favor de que no cuente nada de lo que vio a nadie. Pedro le dijo que él no iba a contar nada de lo ocurrido porque a él también le pasó eso en un momento de su vida; sin embargo, Don no lo dejó marcharse sin antes asegurarse de que no diga nada.
Esa misma noche Don decidió marcharse del hotel acompañando de Pedro.
Los dos se dieron cuenta de que ya estaba saliendo el conflicto sobre la infidelidad de Don, la amante y su esposa Clotilde. Don, al verlo, soltó un largo suspiro.
A la mañana siguiente, Pedro despertó a Don para avisarle que la prensa lo estaba esperando afuera de la casa. Cuando salió a verlos, inmediatamente le preguntaron qué es lo que iba a hacer ahora que todo el país sabía sobre su infidelidad. Él respondió que todo iba a seguir siendo como antes y que no tenían nada de qué preocuparse.
A la semana del acontecimiento, Clotilde le pidió el divorcio a Fierro y éste aceptó sin decir nada ni pedir nada a cambio.
Todos esos días que tuvo que ver el asunto del divorcio, Pedro lo estuvo acompañando mientras también le ayudaba a entender los pedidos de cuadros de pinturas que le ordenaban. Una tarde, en la casa de Pedro, Don se dio cuenta de que en todo ese tiempo que estuvo con él, se le despertaron sentimientos que jamás habría creído poder llegar a sentir, así que muy entusiasmado, pensó que lo justo sería confesarle sus sentimientos. En un momento en el cual ambos se encontraban revisando unos cuadros, Don se confesó ante Pedro.
Después de contarle acerca de sus sentimientos, Pedro se quedó impactado y sin poder decir nada. Don pensó que Pedro no tardará en irse para nunca regresar. No obstante, esto no sucedió, ya que Pedro le confesó que él también sentía lo mismo. Al darse esta declaración, los dos decidieron empezar una relación pública.
Al día siguiente de que el país se enterase de la relación entre Dos y Pedro, empezaron a llover las críticas y la gente comenzó a anular los pedidos de cuadros a Fierro.
Fierro perdió clientes, también el respeto que sus seguidores le tenían y perdió gran cantidad de dinero. Mientras transcurren los días, Fierro se fue quedando sin dinero y Pedro, al darse cuenta de que Fierro se estaba quedando en la ruina, decidió marcharse, diciéndole que, cuando se encontrase mejor, lo llamase para seguir con su relación. Fierro se quedó devastado porque no tenía el apoyo de nadie y no tenía dónde caerse muerto.
Perdió absolutamente todo lo que tenía, ya nadie lo respetaba e incluso ya hasta en la calle no lo reconocían. Por la forma en la que vestía, todos creían que era un vagabundo.
A los 60 años de edad, falleció Fierro. Aparentemente, la causa de su muerte fue viruela negra. Y así terminó, sin que nadie lo valorase ni reconociese.
(Por Angélica Armijos, de 4°3°)
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